sábado, 14 de abril de 2018

ETERNA


Te fuiste, y aunque cueste creerlo no volverás, se me hace raro no verte con tu nervio y tus ganas de siempre hacer algo más.

Es increíble, pero hace un mes, maldito 14, y maldita la vida que te hace enfrentarte una y otra vez a ella, a la realidad,  que te quita la venda de los ojos y te obliga a coger aire y seguir adelante.

Pero te tengo tan presente, en cada uno de los pasos que doy, ahí estas, y por supuesto estarás.

Eras silenciosa y trabajadora, dando la vida por cada uno sin esperar nada a cambio.
Eras vida en cada uno de tus pasos, incansable, capaz de matar dragones por nosotros. Siempre alerta, pendiente  de que nada faltara, de que nada sobrara.

Qué bonito era verte pasear, junto a tu fiel amiga, mano a mano, codo  con codo, ahí estabais tratando de solucionar el mundo, capaces de dar con el remedio a cualquier problema.

Que bello era verte sonreír, en este último tiempo, no sabíamos muy bien a que se debía la carcajada, pero igualmente oírte reír era escuchar la mejor de las melodías, era magia.

Extraño nuestras tonterías, relates, a veces sin mucho sentido, tus salidas de tono o tus mundos fantásticos.

Fuiste libre, como un pájaro que aletea sus alas sin parar y vuelta alto, tan alto que la vista no te alcanza. Y libre serás, como la brisa en verano, que te acaricia y te mece.

No dejo de escuchar que los abuelos deberían ser eternos, y que verdad es esa. Que difícil despedirte de alguien que ha sido abuela y madre a la vez. Pero sabes un secreto, tú ya eras eterna, mucho antes de que te fueras, creo, que incluso mucho antes de que yo lo supiera. Siempre has sido y serás eterna.

Mujer  fuerte, valiente y luchadora. Invencible.

Hasta siempre abuela. 💜

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